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Ciudad centenaria, fundad en 1553 -refiere Ricardo Miranda. Probablemente para halagar al cacique “Efquempisa”, radicado en el lugar, quien fue cordial con los españoles.
En 1578 sufrió los castigos de las aguas del río Lambayeque que lo inundaron, de la cual se repuso alcanzando un notable desarrollo. Como consecuencia de los continuos azotes naturales y las acciones de piratería que sufrió Zaña, y principalmente por la inundación del 15 de marzo de 1720, la ciudad de Lambayeque se convierte en residencia de las familias adineradas que abandonaron Zaña y lo que es más en cabeza del Partido de Lambayeque, bajo la jurisdicción de la Intendencia de Trujillo, lo que significó que San José se convirtiera en puerto de reemplazo de Chérrepe.
El importante desarrollo económico y político alcanzado por Lambayeque, a fines del siglo XVIII y principios de siglo XIX, y las condiciones geográficas favorables, contar con un puerto para comunicarse con los principales centros de cultura y efervescencia revolucionaria de Latino América y el mundo; le permitieron ser en el Norte y en el país un núcleo centralizador y propagador deideas y actividades revolucionarias para romper la dominación colonial española.
El genio conspirativo de Juan Manuel Iturregui, y el coraje de Pascual Saco, quienes acertadamente supieron capitalizar y canalizar el sentir popular, determinaron la noche del 27 de diciembre de 1820 se proclame la independencia de Lambayeque sin derramar una gota de sangre; la astucia conspirativa, la persuasiónpolítica, el apoyo popular y la intrepidez labraron la fácil victoria. Tres concentraciones populares y tres actas sellaron la decisión ¡no más opresión colonial!. Las del 27 y 31 de diciembre de 1820 y la del 14 de enero de 1821.
Los lambayecanos son concientes de que la independencia de esta parte del suelo patrio, no valía nada en tanto el resto del territorio seguía esclavizado; comisionaron y elaboraron llamados a los pueblos vecinos, invitándolos a proclamar en sus propias localidades la independencia; a la vez que se organizaba un contingente de combatientes de distinta condición social y raza, quienes encabezados por Manuel Iturregui y Pascual Saco marcharon a Haura para reforzar las tropas de San Martín, conduciendo además caballos, monturas y demás áperos, ropa, telas, y vituallas en general, ganado y dinero en efectivo, aporte lambayecano que fue de gran significación, porque además de contribuir a resolver los apremiantes problemas del ejército libertador levantó la moral de San Martín (En 1846, al visitar Iturregui a San Martín en Paris; San Martín le dijo:” Si Uds. Los lambayecanos no se levantan por la patria, en diciembre de 1820 y e auxilian como lo hicieron, el marzo o abril, con el dolor de mi alma me habría reembarcado a Chile”).
A ciudad de Lambayeque, en honor a su valiosa participación en la independencia, recibió el título de “Ciudad Generosa y Benemérita”, el 15 de junio de 1822, título que fue ratificado el 18 de diciembre del mismo año por el congreso.
Los lambayecanos también estuvieron presentes en las batallas de Pichincha, Junín y Ayacucho, demostrando en todo momento destreza, capacidad, valentía, méritos que los reconoció el propio Bolívar.
En tanto los lambayecanos tuvieron grandes éxitos en la lucha por la independencia política, no fue así en la lucha por vencer a los destrozos de la naturaleza; a las inundaciones de 1720 y 1792 de las cuales se repuso, le siguió la del 16 de marzo de 1828; el río Lambayeque salió de su cause penetrando en la ciudad por el lado norte, situación que duro varias días, Ricardo Miranda, refiere que la cantidad de agua fue tan abundante que se podía navegar en bote. 15 días más tarde, el 30 de marzo, Lambayeque es sacudida por un fuerte terremoto que la dejó semidestruida. Muchas familias salieron para radicar en Chiclayo y otras localidades del país. Ya no fue posible darle la tónica de progreso con el que había venido desarrollándose. Sin tener los mismos efectos destructores que la inundación de 1828, las lluvias de 1891 y 1925 nuevamente golpean a la convaleciente Lambayeque, la relativa hondonada en la que fue construida, la falta de defensa, la imprevisión de sus habitantes, cambiaron el curso de su papel preponderante en la vida económica y política departamental regional y nacional.
Lambayeque, no obstante conserva sus propias virtudes: haber sido en el Norte vanguardia en la Proclamación de la Independencia, haber demostrado constancia y tenacidad en la lucha hasta terminar con la opresión española, ser sensible a todo llamado en defensa de la causa nacional, virtudes a las cuales se unen el encanto y frescura de sus parques, la tranquilidad y limpieza de sus calles, sus sombrías casonas y ser cuna de héroes, poetas e ilustres intelectuales. Cuenta con la única ciudad universitaria que hay en el Departamento, además el Museo Brunning donde se puede observar toda nuestra riqueza arqueológica.
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